viernes, 3 de septiembre de 2010

A Ti, Cristo crucificado.

 
Estoy a tus pies
junto a tu madre, Juan y pocos más.
A ti, que no te bastó llevar a cuestas tu cruz,
sino que cargaste con la nuestra
haciéndola más llevadera.
Me siento culpable.
Quisiera quitar uno a uno
los clavos, no sólo los que te atan a esta cruz,
también todos los que te fui clavando a lo largo
de tu vida.
 
Acudí al pesebre
con alegría,
a darte la bienvenida.
Hoy vengo a tus pies
un poco compungida,
pero no a despedirte, a
PEDIRTE QUE TE QUEDES.

Su Cruz. Nuestra Cruz

Parece que es mentira,
escúchame y opina;

Vi una cruz portada
por mil jóvenes,o más
y es ue la Cruz de Cristo llama,
no lo puedes evitar.